"Serás como el clavel del aire que cuando el viento sopla, vuela; y cuando se calma, se posa en una rama y allí hace casa. Vivirás en todos los sitios y en ningún lado. Amarás a todos y a ninguno."

Este es mi blog de cosas maravillosas: las cosas increíbles que he visto, oído, probado, sentido, vivido, provocado, odiado, tocado, lamentado, apreciado, percibido, adivinado, olido, estimado, hallado, pensado, presagiado, sufrido, palpado, soportado, respirado y amado.


jueves, 13 de mayo de 2010

Keukenhof...

Y también pude ir a Amsterdam. La ciudad nos recibió con un día de lluvia. Gris el cielo, espejados los canales de agua y nosotros que nos refugiábamos bajo un paraguas y saltábamos de bar en bar...

Al día siguiente, el sol quiso asomarse un poquito y aprovechamos la oportunidad para viajar a Keukenhof, un parque temático de tulipanes y flores. Fue el caminar entre caminos que pasaban por campos de flores de diversos colores y formas, unos pocos árboles y muchos diseños de grupos de tulipanes distintos. Allí, todos blancos; aquí, unos de color rosa; más allá, una fila de amarillos entremezclados con unos púrpuras. Era una fiesta de color, pétalos de diversas formas y tamaños. Fue un paseo tranquilo, agradable y bello.

La gente del lugar estaba encantanda con el clima: "Today is a wonderful day"... Nosotros nos reíamos porque, si bien era cierto que no llovía, el cielo estaba todo lleno de nubes. Apenas se veía el sol...

Y yo, mientras me paseaba y veía las flores y los arreglos, los campos y los pétalos (unos más abiertos que otros), me acordaba del agricultor que cortaba para hacer crecer. Pensaba en aquel gesto violento, limitante y agresivo de rasurar y separar que parecía decir "¡no crezcas!". Pensaba también en nuestras pequeñas compañeras del mundo vegetal, indefensas, heridas, esforzándose por seguir creciendo contra toda posiblidad frente a la devastadora, amenazante y letal hoz del agricultor. Fue necesario el tiempo para que la planta o la flor creciera con más fuerza tras los fallidos intentos anteriores, se vio entonces también más bella, más fuerte, más colorida y de una forma tanto más madura y concisa, con una expresión y un brillo tanto más sólido. Pero claro que no era posible para ella haberlo sabido antes cuando sufría por los cortes y heridas recibidos antes. Fue necesario aprender a crecer contra el filo de la navaja para crecer con tanta posibilidad.

Y pensé entonces, cuando vi el grupo de flores, que si bien el cuadro era bello, yo prefiero las flores silvestres, las que crecen sin reglas que puedan contenerlas, que así como emergen del suelo se extienden hacia arriba y unas a otras se ayudan a sostenerse. Y entonces, salté a otra idea. Que las flores son hermosas, pero que prefiero los bosques. Prefiero los árboles altos, tanto más lentos en crecer pero también en morir y dejar este mundo. Elijo los caminos oscuros entre ramas, con animales escondiéndose alrededor, con predadores acechando bajo las ramas y entre las sombras. Prefiero también a cada árbol que si bien similar al de al lado se distingue y no tanto a ese grupo de flores que adquieren sentido porque están en grupo. Es la diferencia que da sentido al grupo, la separación a la masa, la autenticidad individual. Yo prefiero siempre mirar aquello que nos une por distintos antes que cuanto nos vuelve similares.

Y con todo esto en la cabeza, salimos del parque, fuimos al pueblito de al lado y nos mandamos una torta de chocolate que parecía un delirio culinario de lo buena que estaba...

:)

Amsterdam 10.