Otra experiencia que tengo para contar de mi viaje a Marruecos es la de la farmacia. Estábamos caminando (justo enfrente del lugar donde aconteció este evento de la mezquita) y nos detuvimos en una tienda que tenía unos baldes llenos de polvos de colores. Nos acercamos a ver y el hombre que trabajaba allí, nos invitó a pasar. Me dio un escalofrío en todo el cuerpo. Por donde mirara, frascos y frascos, con piedras, flores, yuyos, líquidos... y él que comenzó a explicarnos... “esta piedra negra, se pone en agua, genera como un gel y funciona como champú; estos yuyos en agua caliente, luego al ponerlos sobre el cabello, hace que brille; este es gingseng rojo, es como el viagra, un té de esto y aguantan toda la noche; esta piedra funciona como desodorante, y estas otras dos, como ambientador; esta planta para los dientes; este polvo negro se pone en un pañuelo blanco, se cierra, se lo machaca bastante, se apoya el pañuelo cerrado sobre un orificio nasal y se aspira fuerte, luego el otro... es para la cinusitis...”
Existía aquí otra medicina! Toda planta, yuyo o piedra servía para algo más! Estuve tentado de comprarme tooodo! Pero, por suerte, supe contenerme :)
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